TARJETAS REVOLVING. Cuando tu tarjeta es un pozo sin fondo

¿Llevas años pagando cada mes su tarjeta de crédito, y el saldo de la misma no baja. Es decir, aunque pagas lo que debes no disminuye?

Entonces tienes una tarjeta de crédito revolving.

Es decir, un tipo de tarjeta de crédito, cuya particularidad es que el pago de las compras, disposiciones en efectivo, etc. que se realicen con la misma, se aplazan. Se paga una cuota mes a mes.

A la hora de devolver el crédito concedido en una tarjeta revolving el usuario tiene dos opciones:

  • Pagar un porcentaje: el cliente escoge qué porcentaje del saldo pendiente quiere devolver cada mes, siempre dentro de unos mínimos y máximos que varían en función de la tarjeta y de la entidad bancaria en la que se haya contratado.
  • Pago fijo: el cliente paga una  cuota fija, también dentro de unos mínimos y máximos que dependen de las condiciones de su tarjeta revolving.

En ambas opciones el importe pagado incluye tanto los intereses como las comisiones que correspondan.

Por lo general pagas una cuota fija, que suele ser baja, o un porcentaje de la deuda pendiente. La realidad es que estas tarjetas funcionan como microcréditos y aplican unos intereses altísimos, entre el 20 y el 30%; y pagando una cuota baja y con unos intereses tan altos, la deuda se alarga indefinidamente y nunca baja.

Los Tribunales están anulando estos intereses y si hay saldo favorable al cliente se devuelve. Cada caso debe analizarse en concreto pues no siempre se puede reclamar.

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