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La petición de custodia compartida como chantaje

10.2.2014

Cuando se trabaja con Derecho de Familia cada vez es más frecuente que una de las partes solicita la custodia compartida. Sin duda eso es normal y razonable por norma general. Sin embargo nos encontramos con situaciones paradójicas de solicitudes que, sin ofrecer plan de parentalidad alguno, vienen simplemente provocadas por la petición de alimentos o de otro tipo que el cónyuge hasta ese momento custodio realiza al que no lo es.

Ya no resulta infrecuente, lamentablemente, que personas que nunca se han dedicado a los hijos introducen en el debate económico de la separación la custodia como elemento de negociación monetaria, a veces por iniciativa propia, pero también a veces por recomendación letrada.

¿Dónde queda el interés del menor?

Olvidado.

¿Es lícito el debate «si acordamos una pensión más baja te dejo los niños»? ¿Es deontológicamente correcto poner este ofrecimiento en conocimeinto del Juzgador?

Quien «amenaza» de este modo introduce en la separación una tensión emocional dañina para todas las partes. El habitualmente custodio sufre ante el temor de que sus niños dejen de estar atendidos. Los niños, que no son tontos ni convidados de piedra, sienten la tensión que provoca e incluso, seguro, el/la solicitante cuando reflexiona para si reconozca no estar preparado/a para implementar en su vida los cambios que una custodia compartida requiere. ¿Acaso es buno para los niños solicitar algo que no se va a cumplir, y que van a ser terceros los que cubran las carencias?

Nuestra jurisprudencia ha tardado, pero ya es firme, en sostener el interés del menor como principio básico de una regulación de custodia. Es cierto que debemos superar el tipismo «fines de semana alternos y algo más», pero es cierto que quien solicita las medidas debe solicitarlas por que las quiere de verdad y está en disposición de atenderlas.  visd 0001JPG00VNE

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