Cuando la política deje de ser un asco

2.1.2015

El 2014 se fue dejando cientos, incluso miles, de presuntos políticos corruptos, corruptores, o simplemente «beneficiados» por políticos corruptos y corruptores, lo que ha provocado un hartazgo entre esos que llaman «ciudadanos» y que ha permitido el surgir de nuevas opciones «limpias» que generan menos desconfianza a través de un discurso en ocasiones imposible.

Sin embargo no he encontrado hartazgo por un tipo de corrupción más sibilino, menos estruendoso, más diario. Porque corrupción es, simplemente, el dedicar dinero público a defender una opción de partido, o simplemente a defender una idea por encima de las demás. Y esto ocurrre todos los días sin que nadie proteste.

Dedique usted una ingente cantidad de dinero público a defender una opción política y verá cómo se termina imponiendo en la sociedad. Sea al «España va bien», sea al «no al aborto», o sea «es mejor un… independiente». Imagine una empresa con un presupuesto ilimitado en publicidad, y vería cómo hasta la m… se vendería como buena. Cuando el que cayera en la trampa se diera cuenta ya sería tarde.

Mentiras que sólo benefician a unos pocos, que controlan el gasto público y que desvían el dinero de todos de sus legítimos fines (hacer de nuestra sociedad una sociedad mejor) hacia fines estrictamente partidistas y, seguro, hacia fines que benefician a unos bolsillos más que a otros.

Riadas de dinero público han ido a la organización de un acto político, a su defensa internacional, hacia un acto público que de repente se convirtió en un acto privado de unos pocos, o a la defensa de un (o unos) alcalde (o alcaldes) condenado (s) por cohecho.

Millones de euros se dedican dentro de los partidos políticos a la organización de eventos que no estarían al alcance de las mayores empresa del IBEX 35. (No he visto a ninguna de llas organizar fiestas de Navidad con cartelería, luces, decorados, todo ello hecho para un solo acto). ¡Y es con el dinero de todos! ¿Aquién se ha pagado esa cartelería, esa organización, ¿Dónde ha ido ese dinero?

Mientras eso sucede, los hospitales se quedan con vacantes sin cubrir. La gente se ve obligada a abandonar su vivienda. Los niños ven como nadie sustituye a su profesor enfermo…

Y eso es corrupción. Eso es malversar dinero público. Eso es, en suma, administración desleal.

¿Cuántos millones de euros se han dedicado en Cataluña a defender desde las instituciones la opción independentista-separatista-excluyente? ¿Cuántos millones de euros se han dedicado por el gobierno a defender el «España va bien»? ¿Cuántos millones de euros públicos se dedicarán este año a las elecciones municipales?

Mientras asociemos este despilfarro con la política, la política será un asco, como asco será que me vengan a prometer cosas imposibles para conseguir ocupar un sillón para luego… para luego ¿qué? ¿decir que era imposible?

Cuando la política deje de ser un asco, que me busquen.

 

¡Llama a nuestro teléfono gratuito 900 64 92 90!

A %d blogueros les gusta esto: