El 1 de Julio se produjo un encuentro entre las generaciones de la abogacía que han contribuído con nuestra Editorial.Estas fueron las palabras de Nielson, sobre Sara y su libro.
«Es para mí un honor y una satisfacción el que mi incansable editor y querido compañero Carlos Cómitre me haya pedido intervenir en este acto, presentar a la presentadora del libro El Abogado 3.0, mi ya buena amiga Sara Molina Pérez-Tomé.
En el mundo de hoy no sabemos dónde vamos ni por qué estamos aquí, hay un ambiente generalizado de estupefacción, muy diferente a la filosófica y eterna duda del de quiénes somos y de dónde venimos. Es distinto a otras etapas de la historia, no mejores pero sí más definidas. Durante las Cruzadas todos tenían clara su misión, en el transcurso de las guerras, también. Ojalá no sea necesario recurrir a estos extremos para recuperar el rumbo.
Hoy sólo los inmigrantes que procuran abandonar el tercer mundo tienen claro su camino: superar la frontera, evitar su deportación, ganar dinero trabajando y ayudar a los que dejaron en su tierra. En lugar de defenestrarlos, a lo mejor deberíamos tomarlos como ejemplo.
Singularmente, nuestra profesión, la Abogacía, está totalmente desconcertada. Estamos anclados en el pasado, ignoramos lo que la sociedad espera de nosotros y, por eso, no somos capaces de dar respuesta a los nuevos retos que se nos plantean. Nuestro ocurrente Ministro de Justicia nos está poniendo a prueba con la batería de disposiciones legales que está tratando de imponer, la Ley de Tasas, el proyecto de una nueva Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, de Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley de Servicios y Colegios Profesionales, además de las diversas normas sobre mediación. No sabemos reaccionar y parece que sólo atinamos a defender un por demás insatisfactorio statu quo.
La profesión, superpoblada, fragmentada en microempresas, atenazada por exigencias básicas excede en mucho las necesidades de la economía lo que produce un desequilibrio en la competencia y supone un esfuerzo extraordinario para adaptarse a los nuevos tiempos. Pero también se abre un campo a la imaginación.
Por todo esto, resulta muy ilusionante el ver aparecer libros como el de Sara Molina Pérez-Tomé en el que diseña una nueva fórmula para ejercer la Abogacía en la que sin perder los valores tradicionales nos ofrece una imagen más moderna del Abogado. Los jóvenes Abogados, entre los que nuestra autora se cuenta, carecen de modelos a seguir que son siempre tan útiles para encontrar la ruta por la que se quiere discurrir. Cuando en mis clases de las Escuelas de Práctica Jurídica interrogo a mis compañeros sobre quién es el Abogado al que les gustaría parecerse no saben qué contestar.
Sara nos dice que el Abogado ya no está relacionado sólo con su cliente, con la parte adversa, con los tribunales de justicia, con los demás operadores jurídicos y con su Colegio. Está relacionado con el mundo, virtual pero mundo. A través de las redes sociales y de las tecnologías que ya está bien de llamarlas “nuevas”.
Y ese novedoso desafío nos exige imaginar una nueva regulación para las actuaciones profesionales adicionando normas imprescindibles a nuestra Deontología para que se mantengan los valores y principios que tan útiles nos han resultado en estos siglos y que son la clave del éxito y la garantía de un ejercicio sereno y seguro. En ese empeño estamos en la Comisión de Recursos y Deontología del Consejo General de la Abogacía Española.
Sara, me ha encantado tu libro, he disfrutado leyéndolo, es claro y preciso, incluso para un “infoidiota” como yo. Será muy útil y nos abre nuevas perspectivas. ¡Enhorabuena!
Nielson Sánchez Stewart «